La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una afección que dificulta la respiración y puede manifestarse como bronquitis crónica o enfisema, siendo el tabaquismo su principal causa. Sus síntomas incluyen dificultad para respirar, tos persistente, sibilancias y fatiga, por lo que es fundamental un diagnóstico temprano mediante espirometría. Aunque no tiene cura, dejar de fumar, llevar una dieta balanceada, mantenerse hidratado y realizar actividad física pueden mejorar la calidad de vida. Además, tratamientos con medicamentos, inhaladores y programas de rehabilitación pulmonar ayudan a controlar la enfermedad. Consultar a un médico es clave para recibir el tratamiento adecuado y evitar complicaciones.
El asma es una enfermedad crónica que afecta las vías respiratorias, pero con un diagnóstico adecuado y cuidados diarios, es posible llevar una vida plena. Sus síntomas incluyen tos, sibilancias, dificultad para respirar y opresión en el pecho, y pueden ser desencadenados por factores como el polvo, polen, frío y humedad. Para controlar el asma, es fundamental llevar un registro de síntomas y evitar la exposición a desencadenantes. Mantener el hogar libre de polvo y consultar a un médico regularmente son claves para evitar crisis asmáticas y vivir sin limitaciones.
¿Escuchaste la expresión «tan suave como la colita de un bebé»? Quien quiera que la haya escrito había borrado de su memoria la dermatitis del pañal. Primero, aparecen algunas marquitas rojas, después un sarpullido y de repente… ¡Ay! Te sentís la peor mamá del mundo. Bueno, no es así: cuidar la piel del bebé es un poco complicado. Es especial: suave, delicada y sensible y en los primeros días, es super frágil y susceptible al daño hasta que se adapta a la vida fuera de la mamá. La piel del bebé necesita productos especiales para la higiene.
Las opciones son enormes una vez que uno entra a la farmacia pero ¿Cuál se debe comprar? ¿Qué factor es el recomendado para transitar el verano? ¿Cada cuánto tiempo me lo tengo que poner si estoy expuesta al sol?
Durante el invierno, la piel pierde cerca de un 25% de su capacidad de retención de humedad. El aire frío, el viento, el clima seco e incluso las heladas nos afectan de forma directa, dejando un aspecto reseca y opaco. Si querés cuidar tu piel y mantenerla sana durante las épocas más frías del año, te damos algunos consejos.