¿Escuchaste la expresión «tan suave como la colita de un bebé»? Quien quiera que la haya escrito había borrado de su memoria la dermatitis del pañal. Primero, aparecen algunas marquitas rojas, después un sarpullido y de repente… ¡Ay! Te sentís la peor mamá del mundo. Bueno, no es así: cuidar la piel del bebé es un poco complicado. Es especial: suave, delicada y sensible y en los primeros días, es super frágil y susceptible al daño hasta que se adapta a la vida fuera de la mamá. La piel del bebé necesita productos especiales para la higiene.
- Brindale a la piel de tu bebé una buena dosis de humectación.
Lo que probablemente no sabés es que la piel del bebé es más delgada que una hoja de papel, y pierde humedad mucho más rápido que la de los adultos. Da miedo, lo sabemos, pero no entres en pánico: todo lo que la piel de tu bebé necesita es una buena dosis de hidratación. Es importante usar productos para el cuidado de la piel del bebé, pero probá usar productos que vayan un poquito más allá y agreguen humectación
Una verdad sobre la piel: tiene un pH más alto que la del adulto. Si se desequilibra, se vuelve más susceptible a la sequedad o a la infección. Elegí un jabón para bebé con pH neutro que es más delicada y humectante que cualquier otra barra de jabón, ayudará a mantener ese balance
- Hecho a medida para el cuidado de la piel del bebé.
Cuando la piel del bebé está tan irritada que no podés poner ni un dedo, no es una buena noticia. Renunciaste a los lácteos durante la lactancia y lavás la ropa con diferentes detergentes en vano. Cambia a un jabón especialmente indicado para bebés ya que está diseñado cuidadosamente para evitar los alergenos conocidos y ha sido probado tanto por dermatólogos como por pediatras
- Dale palmaditas para secarlo.
Si necesitabas otra excusa para acercarte a tu bebé, las caricias y palmaditas para secarlo después de un baño son más tiernas para la piel del bebé que frotarlo. ¡A mimarlo!
Fuente: Baby Dove
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