El 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, una fecha clave para tomar conciencia sobre la importancia de adoptar hábitos saludables que protejan nuestra salud cardiovascular. Pequeños cambios en la rutina, como mejorar la alimentación, realizar actividad física y controlar el estrés, pueden marcar una gran diferencia a largo plazo. Además de dejar el tabaco y realizar chequeos médicos periódicos, una dieta balanceada, rica en frutas y verduras, junto con el ejercicio regular, ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Priorizar estos hábitos desde una edad temprana mejora la calidad de vida y protege el corazón.
Con la llegada de la primavera, es fundamental ajustar tu rutina de cuidado de la piel para mantenerla hidratada y protegida. Las temperaturas más cálidas y el aumento del polen pueden deshidratarla o provocar alergias. Optá por cremas con ingredientes como ácido hialurónico o glicerina para mantener la piel hidratada. Usá protector solar diario con un SPF de al menos 30 y considerá productos calmantes si tu piel es sensible. Incorporar antioxidantes como la vitamina C también ayuda a protegerla y regenerarla. Escuchá a tu piel y adaptá tu rutina según sus necesidades para mantenerla sana y radiante.
¿Escuchaste la expresión «tan suave como la colita de un bebé»? Quien quiera que la haya escrito había borrado de su memoria la dermatitis del pañal. Primero, aparecen algunas marquitas rojas, después un sarpullido y de repente… ¡Ay! Te sentís la peor mamá del mundo. Bueno, no es así: cuidar la piel del bebé es un poco complicado. Es especial: suave, delicada y sensible y en los primeros días, es super frágil y susceptible al daño hasta que se adapta a la vida fuera de la mamá. La piel del bebé necesita productos especiales para la higiene.
Las opciones son enormes una vez que uno entra a la farmacia pero ¿Cuál se debe comprar? ¿Qué factor es el recomendado para transitar el verano? ¿Cada cuánto tiempo me lo tengo que poner si estoy expuesta al sol?
Durante el invierno, la piel pierde cerca de un 25% de su capacidad de retención de humedad. El aire frío, el viento, el clima seco e incluso las heladas nos afectan de forma directa, dejando un aspecto reseca y opaco. Si querés cuidar tu piel y mantenerla sana durante las épocas más frías del año, te damos algunos consejos.