En mayo es el Día Mundial de la Salud Mental Materna, que se conmemora cada primer miércoles del mes, y nos invita a reflexionar sobre las emociones que atraviesan la maternidad. En este contexto, la forma de alimentar a tu bebé -ya sea con lactancia materna o fórmula- también influye en tu bienestar emocional. Hablemos de decisiones sin culpas, de información clara y de la importancia de cuidar a quien cuida.
Establecer rutinas desde los primeros días de vida ayuda al bienestar del bebé y de toda la familia. Aunque los recién nacidos son impredecibles, crear hábitos de sueño y alimentación regula sus ritmos y les brinda seguridad. Es recomendable diferenciar el día de la noche y, a partir de los tres meses, introducir rutinas nocturnas simples. La alimentación debe adaptarse a cada etapa: leche materna o fórmula durante los primeros seis meses y luego alimentos sólidos de forma gradual. Observar las necesidades del bebé y adaptar las rutinas a su ritmo es clave para su desarrollo saludable.
El llanto del bebé puede ser desconcertante, pero es su manera de comunicarse. Conocer las razones detrás de este llanto y cómo reaccionar te ayudará a brindar el consuelo que necesita tu pequeño.
Las reacciones alérgicas en bebés pueden ser inesperadas, por lo que es esencial saber identificar los síntomas y actuar rápidamente. Conocé cómo tratar desde erupciones leves hasta casos de emergencia como la anafilaxia. Además, descubrí cómo prevenir futuros episodios con la orientación de un especialista y la adopción de medidas preventivas. Garantizá el bienestar de tu bebé y su seguridad frente a las alergias.
La lactancia materna es un vínculo único que fortalece la conexión emocional y física entre madre e hijo, proporcionando nutrición óptima y anticuerpos esenciales. Recomendamos la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses y su continuidad por al menos dos años, complementada con otros alimentos. Beneficia al bebé con mejor desarrollo cognitivo y protección contra enfermedades crónicas, y a la madre, ayudando en la recuperación postparto y reduciendo riesgos de cáncer. Para una lactancia exitosa, asegúrate de un buen acople, posición cómoda y alimenta al bebé a demanda. Al volver al trabajo, extrae y conserva la leche adecuadamente, y no dudes en pedir ayuda si surgen dificultades.
¿Escuchaste la expresión «tan suave como la colita de un bebé»? Quien quiera que la haya escrito había borrado de su memoria la dermatitis del pañal. Primero, aparecen algunas marquitas rojas, después un sarpullido y de repente… ¡Ay! Te sentís la peor mamá del mundo. Bueno, no es así: cuidar la piel del bebé es un poco complicado. Es especial: suave, delicada y sensible y en los primeros días, es super frágil y susceptible al daño hasta que se adapta a la vida fuera de la mamá. La piel del bebé necesita productos especiales para la higiene.
Las opciones son enormes una vez que uno entra a la farmacia pero ¿Cuál se debe comprar? ¿Qué factor es el recomendado para transitar el verano? ¿Cada cuánto tiempo me lo tengo que poner si estoy expuesta al sol?
Durante el invierno, la piel pierde cerca de un 25% de su capacidad de retención de humedad. El aire frío, el viento, el clima seco e incluso las heladas nos afectan de forma directa, dejando un aspecto reseca y opaco. Si querés cuidar tu piel y mantenerla sana durante las épocas más frías del año, te damos algunos consejos.