Volver al trabajo tras la maternidad puede ser desafiante, pero con planificación se logra una transición más equilibrada. Es importante conocer los derechos laborales, organizar la logística familiar y contar con una red de apoyo. Sentir culpa es normal, pero no debe dominar la experiencia; una mamá feliz y realizada también beneficia a su hijo. Para facilitar el regreso, se recomienda planificar con anticipación, ser flexible y aprender a delegar. Priorizar el bienestar personal es clave para mantener el equilibrio en esta nueva etapa.
Volver al trabajo tras la maternidad puede ser desafiante, pero con planificación se logra una transición más equilibrada. Es importante conocer los derechos laborales, organizar la logística familiar y contar con una red de apoyo. Sentir culpa es normal, pero no debe dominar la experiencia; una mamá feliz y realizada también beneficia a su hijo. Para facilitar el regreso, se recomienda planificar con anticipación, ser flexible y aprender a delegar. Priorizar el bienestar personal es clave para mantener el equilibrio en esta nueva etapa.
La endometriosis es una enfermedad ginecológica crónica en la que el tejido similar al endometrio crece fuera de su lugar habitual, afectando otros órganos y provocando síntomas como dolor intenso y menstruaciones irregulares. Detectarla a tiempo y llevar un control del ciclo menstrual es fundamental para un diagnóstico temprano. Su diagnóstico se realiza mediante ecografía transvaginal, resonancia magnética o laparoscopía. Aunque no tiene cura, existen estrategias para manejar los síntomas, como una dieta antiinflamatoria, ejercicio moderado, fisioterapia pélvica y técnicas de relajación. La endometriosis puede impactar la fertilidad y la salud emocional, por lo que el apoyo psicológico es esencial. El tratamiento varía según la gravedad de los síntomas e incluye analgésicos, terapia hormonal y cirugía. Es fundamental mantener una salud integral con chequeos periódicos, una buena alimentación y apoyo emocional. La consulta temprana con profesionales de la salud es clave para mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una afección que dificulta la respiración y puede manifestarse como bronquitis crónica o enfisema, siendo el tabaquismo su principal causa. Sus síntomas incluyen dificultad para respirar, tos persistente, sibilancias y fatiga, por lo que es fundamental un diagnóstico temprano mediante espirometría. Aunque no tiene cura, dejar de fumar, llevar una dieta balanceada, mantenerse hidratado y realizar actividad física pueden mejorar la calidad de vida. Además, tratamientos con medicamentos, inhaladores y programas de rehabilitación pulmonar ayudan a controlar la enfermedad. Consultar a un médico es clave para recibir el tratamiento adecuado y evitar complicaciones.
El SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado) es una condición digestiva que ocurre cuando las bacterias proliferan en exceso en esta zona, causando síntomas como distensión abdominal, gases, diarrea o estreñimiento, y fatiga. Su diagnóstico se realiza principalmente mediante pruebas respiratorias, y su tratamiento suele incluir antibióticos específicos y una dieta baja en FODMAPs para controlar los síntomas. Aunque puede reaparecer, adoptar hábitos saludables y un enfoque personalizado ayuda a mejorar la calidad de vida y el bienestar digestivo. Ante cualquier sospecha, se recomienda consultar con un profesional de la salud.
La diabetes es una condición que, con los cuidados adecuados, permite llevar una vida saludable y activa. Mantener el control de la glucosa a través de una alimentación equilibrada, ejercicio, chequeos médicos regulares y manejo del estrés es clave para prevenir complicaciones. Un diagnóstico temprano y hábitos saludables pueden marcar la diferencia. La diabetes no define tu vida: con el conocimiento y el cuidado adecuado, es posible disfrutar plenamente cada día.
¿Escuchaste la expresión «tan suave como la colita de un bebé»? Quien quiera que la haya escrito había borrado de su memoria la dermatitis del pañal. Primero, aparecen algunas marquitas rojas, después un sarpullido y de repente… ¡Ay! Te sentís la peor mamá del mundo. Bueno, no es así: cuidar la piel del bebé es un poco complicado. Es especial: suave, delicada y sensible y en los primeros días, es super frágil y susceptible al daño hasta que se adapta a la vida fuera de la mamá. La piel del bebé necesita productos especiales para la higiene.
Las opciones son enormes una vez que uno entra a la farmacia pero ¿Cuál se debe comprar? ¿Qué factor es el recomendado para transitar el verano? ¿Cada cuánto tiempo me lo tengo que poner si estoy expuesta al sol?
Durante el invierno, la piel pierde cerca de un 25% de su capacidad de retención de humedad. El aire frío, el viento, el clima seco e incluso las heladas nos afectan de forma directa, dejando un aspecto reseca y opaco. Si querés cuidar tu piel y mantenerla sana durante las épocas más frías del año, te damos algunos consejos.